Al emperador de Peorn se le ocurre una idea: concertar un matrimonio entre su preciosa sobrina Elodia y el barón Edward, vicealmirante de la marina. Elodia es una muchacha alegre que está a pocos meses de alcanzar la mayoría de edad y tiene plena confianza en su tío, tanto que acepta dejar su futuro en sus manos. Pero todas sus expectativas e ilusiones se vienen abajo cuando por fin conoce a Edward. El barón, sin ningún rodeo pero con cortesía, rechaza la propuesta. ¿La razón? ¡Dice que Elodia es demasiado joven para él! A pesar de la negativa inicial, el compromiso sigue en pie y, poco a poco, Elodia comienza a enamorarse del apuesto y correctísimo Edward. Sin embargo, el barón no hace más que sumirse en su propia confusión: por un lado, no puede evitar que afloren los sentimientos, pero por otro, no es capaz de ignorar su rígida moral interna. Abatida, Elodia cree que efectivamente su prometido no quiere casarse con ella. ¿Habrá alguna manera de que Edward la vea como una mujer?